Disolver el sufrimiento de forma definitiva, y encontrar el estado de reposo, no es algo que precise unas condiciones externas específicas.
Muchos son los que confían en su jubilación, en que sus hijos estén casados o en el momento en que logren pagar todas sus deudas para imaginarse descansando y meditando sin preocupaciones en su mente.
Mas siempre habrá asuntos a los que atender, conflictos que resolver, y problemas que afrontar. Da igual que te aísles en lo alto de una montaña, en una isla solitaria, o en un monasterio de clausura. Tu alma sólo podrá encontrar la paz que persigue en el momento presente.
Detenerse o Caminar no es lo relevante. Si buscas un final, comprenderás que no hay un final. Y tu percepción dejará de vagar hacia el pasado y el futuro cuando comprendas que sólo Eres, realmente, en el momento presente.
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