
Por el contrario, quién vive ajeno al flujo de cambios, también suele ignorar aquello que se producen en su interior. Y aunque su cuerpo y su mente ansíen seguir ese flujo infinito, tienden a estancarse en una misma manera de sentir y de pensar.
Estar en armonía con el Entorno no consiste sólo en quitarse o ponerse ropa en función de la temperatura del ambiente. Es permitir que todo Crezca y Evolucione, tanto en el Exterior como en el Interior.
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