Muchos son los que ansían encontrar técnicas ocultas y rituales esotéricos para acceder al conocimiento verdadero. Y así, pasan años practicando duras disciplinas y estudiando textos antiguos para lograrlo. Se abandonan a enseñanzas supuestamente transmitidas por un linaje sagrado o reveladas por guías invisibles que sólo ellos perciben.
La Verdad, por su propia naturaleza, necesita una mente abierta y dispuesta a aceptar conceptos inusuales, pero también precisa un razonamiento crítico que no nos haga perdernos en divagaciones improductivas.
Es fácil, en la Búsqueda Espiritual, perderse en nieblas mentales que sólo conducen a una ensoñaciones poéticas; divagar en técnicas curativas que parecen otorgar un poder sobrenatural a quién las práctica; o entonar cantos sagrados que prometen una conciencia especial a quién los entona.
Cuanto más compleja y estresante se hace una sociedad, más se tiende a evadirse de ella mediante estos recursos de apariencia mística. Sucedáneos de un espiritualidad que es mucho más simple que todo esto.
Conectar con el propio Ser, sentir el propio organismo y su Energía, complacerse con la Vida que emana de la Naturaleza o tratar con los demás sin prejuicios ni aversiones, son aspectos mucho más sagrados que todos los rituales que puedan enseñarte quiénes se jactan de ser maestros espirituales.
La Verdad, por su propia naturaleza, necesita una mente abierta y dispuesta a aceptar conceptos inusuales, pero también precisa un razonamiento crítico que no nos haga perdernos en divagaciones improductivas.
Es fácil, en la Búsqueda Espiritual, perderse en nieblas mentales que sólo conducen a una ensoñaciones poéticas; divagar en técnicas curativas que parecen otorgar un poder sobrenatural a quién las práctica; o entonar cantos sagrados que prometen una conciencia especial a quién los entona.
Cuanto más compleja y estresante se hace una sociedad, más se tiende a evadirse de ella mediante estos recursos de apariencia mística. Sucedáneos de un espiritualidad que es mucho más simple que todo esto.
Conectar con el propio Ser, sentir el propio organismo y su Energía, complacerse con la Vida que emana de la Naturaleza o tratar con los demás sin prejuicios ni aversiones, son aspectos mucho más sagrados que todos los rituales que puedan enseñarte quiénes se jactan de ser maestros espirituales.
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