La soledad es sólo aparente para quién se siente conectado con el Todo. De hecho, es en soledad donde se puede acceder a la Esencia Verdadera del Universo.
Pero, si en tu soledad te aferras a objetos que tratan de emular una compañía artificial, te niegas a Observar lo que esos instantes solitarios pueden Mostrarte.
En todas las épocas, ha habido quiénes buscaban la soledad, el silencio y el recogimiento, pero también quiénes eludían ese Encuentro rodeándose de sonidos, adornos, comodidades e imágenes. Afortunadamente, la Naturaleza nos ha regalado la posibilidad de elegir qué queremos junto a nosotros, y de qué podemos prescindir en cada momento.
En soledad, el ser humano consciente puede percibir la grandeza del mundo, pero también ha de enfrentarse a los pensamientos que condicionan dicha percepción. Y donde unos ven un relajante lago en calma, otros ven un aburrido y angustioso reflejo de su tristeza. Donde unos sienten una cálida y reconfortante brisa de verano, otros sienten un asfixiante y tórrido viento. Donde unos escuchan el suave ritmo de la lluvia, otros sólo escuchan la negación de un paseo.
A aquel que está preparado para Aprender, se le abre, en soledad, la puerta del conocimiento. Pero lo que uno trae consigo, sigue estando presente aunque quiera ignorarlo.
Pero, si en tu soledad te aferras a objetos que tratan de emular una compañía artificial, te niegas a Observar lo que esos instantes solitarios pueden Mostrarte.
En todas las épocas, ha habido quiénes buscaban la soledad, el silencio y el recogimiento, pero también quiénes eludían ese Encuentro rodeándose de sonidos, adornos, comodidades e imágenes. Afortunadamente, la Naturaleza nos ha regalado la posibilidad de elegir qué queremos junto a nosotros, y de qué podemos prescindir en cada momento.
En soledad, el ser humano consciente puede percibir la grandeza del mundo, pero también ha de enfrentarse a los pensamientos que condicionan dicha percepción. Y donde unos ven un relajante lago en calma, otros ven un aburrido y angustioso reflejo de su tristeza. Donde unos sienten una cálida y reconfortante brisa de verano, otros sienten un asfixiante y tórrido viento. Donde unos escuchan el suave ritmo de la lluvia, otros sólo escuchan la negación de un paseo.
A aquel que está preparado para Aprender, se le abre, en soledad, la puerta del conocimiento. Pero lo que uno trae consigo, sigue estando presente aunque quiera ignorarlo.
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