Pensamientos desbocados

Nuestra mente puede parecer, a veces, una manada de caballos salvajes corriendo impulsivamente sin dirección aparente. Pero toda manada tiene un líder, un pensamiento que arrastra a los demás hacia donde le indique su propia inercia.

En la calma de la respiración consciente, uno puede aprender a identificar ese pensamiento que condiciona tal estampida. Pues todo discurso interno repetitivo tiende a estar dominado por algo cuya aparición afecta a la forma de pensar y de sentirse.

Para ello, se puede realizar la tarea de deshilvanado, que consiste en revertir el flujo de pensamientos hacia atrás. Por ejemplo, si en medio de la meditación oigo una campana, eso puede hacerme recordar las campanadas de un pueblo en el que estuve, que a su vez me pueden hacer rememorar con quién compartí aquel momento, y hacer emerger las emociones que sentí con ello. Los sentimientos que aparecen, sean agradables o molestos, interfieren en mi meditación y en la calma natural que busco. Por eso, es útil visualizar ese hilo conductor hasta el estímulo neutro original: la campanada escuchada, cuyo valor afectivo es nulo. De esta forma, aprendo a deshacer sentimientos que no quiero en mi mente.

Otras veces, sin embargo, no hace falta un estímulo externo para que la manada de pensamientos se lance en estampida. Hay un asunto que ronda de forma permanente mi cabeza, y que arrastra a todo mi psiquismo al irrumpir. Pueden ser temas sin resolver con alguien, tareas pendientes que me comprometí a realizar, o la necesidad de expresar alguna idea. Y es aquí donde la meditación me muestra qué ajustes tengo que hacer en mi vida.

Lo que surge de forma reiterada en mi relajación es, precisamente, lo que impide que yo pueda vivir relajado el resto de mi jornada. No tiene porque ser algo trascendente o relevante para otros, pero es lo que arrastra al resto de mis pensamientos en la misma dirección. Identificarlo y gestionarlo es la labor que mi mente me demanda para encontrar una calma eficaz y duradera.

Por eso, meditar no consiste necesariamente en dejar la "mente en blanco", sino en atender que se pone en evidencia y requiere ser analizado. De esta manera, la meditación es una herramienta útil para resolver los posibles conflictos internos que nos generan inquietud.

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